jueves, 26 de abril de 2007

Conectar el currículo con la vida

La sociedad actual para que tenga una mejor vida y convivencia necesita de ciudadanos formados en valores, en contenidos relevantes y valiosos.

Cuando analizamos los grandes conflictos de nuestro mundo actual, de nuestra sociedad, ya sea próxima o más alejada , nos encontramos con situaciones de violencia, discriminación, desigualdad, consumismo y despilfarro frente a situaciones de hambre y miseria, con degradación del medio ambiente, con hábitos contrarios a la salud (drogas, alcoholismo...)
En nuestras escuelas debemos posibilitar que nuestros alumnos lleguen a entender estos problemas cruciales, sean capaces de elaborar un juicio crítico sobre estas situaciones y de adoptar actitudes y comportamientos basados en valores racionales y libremente asumidos. Fundación Instituto de Ciencias del Hombre. Documento en línea. Disponible en :http//www.oposicionesprofesores.com/biblio.

De esa preocupación surge la imperiosa necesidad de incluir en el Currículo un tipo de enseñanza que esté entrelazada entre estos problemas sociales y la educación moral y cívica. De ahí surge la transversalidad.
"Con el término "transversal" se hace alusión a la ubicación o al espacio que se pretenden ocupen ciertos contenidos dentro de la estructura curricular de cada ciclo o nivel. Estos contenidos son concebidos como ejes que atraviesan en forma longitudinal y horizontal el curriculo, de tal manera que en torno a ellos se articulan los temas de las diferentes áreas de formación" esta definición de María Mercedes Oraisón está en su trabajo La Transversalidad en la educación moral: sus implicancias y alcance, presentado en el Foro Iberoamericano sobre "Educación y Valores" organizado por la OEI en Montevideo , octubre de 2002.
(González Lucini, en Cuaderno de Pedagogía , 1994)
Los contenidos transversales no aparecen asociados a ninguna asignatura ni área concreta de conocimientos sino a todas. Son contenidos que hacen referencia a los problemas y a los conflictos de gran trascendencia que se producen en la época actual y frente a los que urge una toma de posición personal y colectiva. Tienen una ineludible carga valorativa: están llenos de valores mas que de informaciones.
La Transversalidad, quizás nos parece un planteamiento bastante moderno pero data desde fines de los años 80 y 90. Es una propuesta inédita, novedosa. Cuando hablamos de esta nueva forma de organización curricular , nos imaginamos los ejes longitudinales y horizontales como una red, suponemos que es como ver un globo terráqueo , lleno de líneas que se unen. Pudiéramos usar una palabra moderna para definirlo: crossover. Líneas que se entrecruzan con una sola finalidad: conectar el currículo con la vida y atender a las actuales preocupaciones sociales.

2 comentarios:

Vene dijo...

El Universal
30 Agosto 1997

A la memoria amorosa, a la reciedumbre ética, al fervor educativo y al ejemplo ciudadano de Jenaro Aguirre

Jesús A. Torrealba
Presidente de GUIA (Gerencia Urbana, Información y Asesoría)

Etica, valores, moral, son conceptos que cotidianamente se superponen y confunden. Pero la confusión desaparece cuando hablamos de 'crisis de valores': el común alude con esa expresión al hecho cierto de que en nuestra sociedad la noción misma del 'debe ser' se ha diluido hasta casi desaparecer, y la cotidianidad de la vida _antes regida por algunos conceptos fundamentales referidos al bien y el mal_ hoy no tiene orientaciones, sino ocasionales límites determinados por la conveniencia circunstancial.

Ante esta situación, la desesperanza a veces gana terreno. Contaba hace poco el padre Jenaro Aguirre que cuando Filipo, rey de Macedonia, invadía victoriosamente las ciudades griegas del mar Egeo, y amenazaba con tomar por asalto la propia Atenas, se produjo una urgente reunión del Senado. Un senador, cuyo nombre la anécdota no rescata, pidió la palabra y _portando en su mano alzada una manzana podrida_ subió al estrado. Ante la mirada atónita de sus atribulados colegas, estrelló contra el piso el fruto descompuesto y gritó: 'Todo está podrido. La patria no tiene remedio'. Después de un dramático silencio, recogió trozos de la pulpa vegetal, y añadió: 'No. No todo está podrido: las semillas están sanas. Recojámoslas, hagámoslas germinar y crecer, y con ellas construiremos un nuevo país'.

La imagen es elocuente: La patria tiene semillas sanas, que son los niños, y los maestros son los encargados de recoger esa semilla y hacerla crecer. Esa es la importancia de la educación en valores. Pero... ¿educar en qué valores? Y, por cierto, ¿cómo hacerlo? La educación en valores usualmente consiste en la repetición de verdades generales, y ello pareciera inevitable si se considera que una característica de los valores es su condición universal, esto es, general. En el aula, lo 'general' se transforma en algo vago, poco comprensible y nada motivante. Es así como, a pesar de las buenas intenciones, muchos intentos de educar en valores rara vez llegan a superar la mera charla 'moralizante'.

Simón Rodríguez insistía en que una de las más eficaces herramientas para la educación en valores es el ejemplo. Al manejar fuentes vivas, la investigación histórica desde el aula pone a nuestros niños en contacto no con el lejano resplandor de héroes inaccesibles, sino con personajes vivos, presentes en su entorno, muchas veces poseedores de un testimonio de vida con huella profunda en la existencia de la comunidad. El nuestro es efectivamente un tiempo signado por la 'pérdida de valores'. Pero para 'recuperarlos' tenemos que saber exactamente quiénes han perdido qué valores: Si somos capaces de precisar qué era para el turmereño la solidaridad, que era para el sancasimireño la responsabilidad, qué era para el victoriano la honestidad (o para el merideño, el margariteño, el guayanés, en fin: para hombres concretos ubicados en comunidades concretas), sí estaremos en capacidad de trabajar activamente por la recuperación de esos valores y su renovado ejercicio.

Casa Quijote Bar & Restaurant dijo...

De verdad que muy conciso, concreto, breve y explicativo. 100% periodista.

Felicitaciones.

Fátima, Luis y Marguerite